En la Costa de Barcelona brillaba el sol con intensidad, las olas del Mediterráneo acariciaban la orilla de la playa y los miembros de la familia Ruiz se sentían afortunados, estar en plenas vacaciones de verano en bañador es un verdadero lujo. Desde su tumbona junto a la piscina del Golden Taurus Aquapark Resort, Laura observaba a sus hijos, Lucas y Julia, disfrutar de las actividades infantiles que diariamente organiza el hotel. Lucas, con sus siete años, perseguía a otros niños en un juego dentro del agua, mientras Julia, en su adolescencia efervescente, decoraba su cara junto a un nuevo amigo del norte de Europa supervisado por animadores del fun club. Las risas se mezclaban con la música animada del hotel, el ambiente perfecto de las vacaciones en familia.
Para Laura y Manuel Ruiz, su marido, estas vacaciones eran un bálsamo. Después de un año ajetreado, el hotel, con sus innumerables piscinas, su situación a escasos metros de la playa y un programa de entretenimiento para niños, era el lugar ideal para desconectar. Habían pasado la mañana lanzándose por los toboganes del Aquapark y la tarde se prometía entre helados y paseos al atardecer.
Vacaciones en pareja y sin niños
Justo en ese momento, el móvil de Laura vibró. Era Tamara, una de sus amigas de pilates. Laura se excusó con Manuel, que ya se dirigía a buscar bebidas para todos y contestó la llamada, alejándose un poco del bullicio para escuchar mejor a su amiga.
"¡Tamara, qué sorpresa! ¿Cómo estás?", preguntó Laura, imaginando a su amiga en su oficina delante del ordenador.
"¡Laura! ¡Genial! ¡No te imaginas dónde estoy!", la voz de Tamara sonaba eufórica, con un tono que sugería una gran alegría.
"¿Dónde? ¿Ya de vacaciones?", preguntó Laura, con curiosidad.
"¡Sí! Estoy en la Costa Dorada, en el hotel Golden Costa Salou... es una maravilla. ¡Pero no te lo vas a creer, es un hotel solo para adultos! No hay niños, ¡ni uno!", la exclamación de Tamara era una mezcla de asombro y pura satisfacción.
Laura frunció el ceño, el contraste con su propio entorno era abismal. "¿Solo para adultos? ¿Y qué hacéis allí? Me imagino que os aburriréis", bromeó.
Tamara no paraba de reír, "¡Para nada! Es increíble. El hotel organiza cada día actividades y son todas solo para adultos: catas de vino, clases de cócteles, spas con tratamientos de belleza... Hay varias piscinas, muy tranquilas y con zonas de relax con camas balinesas. Y una de las piscinas también tiene vistas al mar, porque estamos a escasos metros de la playa, pero aquí el ambiente es de pura calma. Por cierto, hoy hemos visitado Port Aventura, ¡y la verdad es que ha sido una pasada!"
Laura escuchaba, su mirada se perdió en la distancia, más allá del buen ambiente infantil donde se encontraba. Podía visualizar a Tamara, relajada, sin preocupaciones, disfrutando de una tranquilidad admirable. El spa, las camas balinesas, las actuaciones musicales nocturnas... Una imagen envidiable.
Cuando colgó, Manuel se acercó con las bebidas. "¿Todo bien, cariño? Pareces pensativa".
Laura le entregó a Lucas su zumo y a Julia su granizado de fresa. Luego miró a Manuel, la idea de unas vacaciones en pareja volvió a su pensamiento. "Manuel, ¿sabes? He estado hablando con Tamara. Está en un hotel solo para adultos, en la Costa Dorada. Sin niños, piscinas tranquilas, spas... Dice que es el paraíso".
Manuel esbozó una sonrisa socarrona, mientras movía el hielo de su vaso. "¿Ah, sí? Suena... diferente. Pero nosotros estamos muy bien aquí con los niños, ¿no?". Hizo un gesto hacia sus hijos, que ahora corrían de nuevo hacia la piscina.
Laura sonrió, pero su decisión ya estaba en su mente. "Sí, sí, estamos genial. Pero... para el año que viene, ¿Qué te parecería si organizamos unas vacaciones al estilo de Tamara? ¿Podríamos reservar una habitación en el hotel Golden Costa Salou Adults Only? Sin horarios, sin prisas... Solos, tú y yo. Podríamos aprovechar para visitar las ruinas romanas de Tarragona y disfrutar de unas vacaciones más íntimas."
Su sugerencia quedó flotando en el aire, prometiendo un futuro donde el único sonido sería el del hielo de su cóctel. Será la mejor forma de que dos adultos disfruten al 100% de un merecido descanso.
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